Antecedentes brunianos del descubrimiento de las manchas Solares por Galileo

"Giordano Bruno constituye un antecedente esencial indudable -aunque nunca mencionado, en tanto autor prohibido por el Index- de las tesis sobre las manchas Solares sostenidas por Galieo, así como de su marco cosmológico general y de muchos otros aspectos concretos."

Por Ernesto Schettino M

Publicación original: Universidad Nacional de Córdoba

Así proporcionalmente, debe considerarse en distancias mayores, en cuerpos grandísimos y luminosísimos, de los cuales es posible que muchos otros e innumerables sean tan grandes y resplandecientes como el sol, y aún más. Siendo sus círculos y movimientos más grandes, no se ven; de donde, si en algunos de aquellos astros ocurre una variedad de proximidades, no se puede conocer sino mediante extensísimas observaciones; las cuales no han sido comenzadas, ni perseguidas, ya que tal movimiento no lo ha creído ninguno, ni buscado, ni presupuesto; y sabemos que el principio de la investigación consiste en conocer lo que-la cosa sea, o sea posible y conveniente, y de ello se saque provecho¹.

Giordano Bruno constituye un antecedente esencial indudable -aunque nunca mencionado, en tanto autor prohibido por el Index- de las tesis sobre las manchas Solares sostenidas por Galileo², así como de su marco cosmológico general y de muchos otros aspectos concretos³.

En realidad, el descubrimiento de las manchas tiene vanas paternidades, aunque toda. ellas resultado del éxito de las observaciones telescópicas de Galleo publicadas en el Mensajero de los astros y de las disputas en tomo a ellas⁴, pues casi simultáneamente varios decidieron observar el Sol- pese a los riesgos que implicaba, Además de alguna sugerencia para realizar algo al respecto, al menos desde septiembre de 1611 Galileo recibió el aviso de la observación de las manchas solares⁵ y seguirán enviándole noticias, instándolo a opinar sobre el fenómeno y las tesis de Schneider.

La respuesta galieana tendrá gran importancia, por vanos motivos. primero, porque representaba la continuidad del debate de los 'novato res' contra la resistencia de conservadores, tanto aristotélicos como teólogos de diversas corrientes y otros sectores,. entre otras razones porque el fenómeno ratificaba las consecuencias del Mensajero, sobre todo la negación de la inmutabilidad del cielo y su conformación por un solo elemento supralunar y perfecto (el éter), consolidando así las tesis copemicanas (en realidad de la cosmología bruniaria), segundo, por el posicionamiento ideológico-político de diferentes grupos tanto al interior de la Iglesia católica como fuera de ella, en especial la Accademia dei Licei encabezada por el príncipe Cesi; tercero, porque cedía Galileo a las presiones constantes, de buena (como las de Kepler) y mala fe (la mayoría) para que fundamentara y explícará sus hallazgos (expresara la 'theoria'), lo cual terminaría por desatar las campañas contra el copernicanismo y el pitagorismo, -consolidadas en :el famoso decreto de la Congregación del Índice del 5 de marzo de 1616; finalmente, deslindaba decisivamente la nueva ciencia de sus fuentes neoplatónicas en su idealización del Sol:

...ed a me conviene andare tanto più cauto e circospetto, nel pronunziare novità alcuna, che a molti altri, quanto che le cose osservate di nuovo e lontane da i comuni e popolari pareri, le quali, come ben sa V. S., sono sta-te tumultuosamente negate ed impugnate, mi mettono in necessità di do-vere ascondere e tacere qual si voglia nuovo concetto, sin che io non ne abbia dimostrazione più che certa e palpabile; perché da gl'inimici delle novità, il numero de i quali è infinito, ogni errore, ancor che veniale, mi sarebbe ascritto a fallo capitalissimo, già che è invalso l'uso che meglio sia errar con l'universale, che esser singolare nel rettamente discorrere.⁶

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¿Quién fue Galileo Galilei?


"Según la Wikipedia fue un: Eminente hombre del
Renacimiento, mostró interés por casi todas las ciencias y artes (música, literatura, pintura). Sus logros incluyen la mejora del
telescopio, gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante a la «Revolución de Copérnico». Ha sido considerado como el «padre de la astronomía moderna», el «padre de la física moderna»[9]​ y el «padre de la ciencia moderna».."

Ahora bien, la cuestión de las manchas solares no era algo nuevo⁷. De hecho, desde la Antigüedad se habían planteado aspectos aislados con relación a la composición, corona y posibles manchas en el Sol⁸, incluyendo representaciones gráficas muy diversas.

En su De la docta ignorancia⁹, Nicolás de Cusa apunta filosóficamente la idea de partes oscuras en el Sol y da cierta vaga explicación del fenómeno, la cual es retomada por Giordano Bruno, quien sostiene desde La cena de las cenizas, su primer texto de contenido cosmológico¹⁰, la idea de la existencia de partes disímiles en el Sol, incluyendo partes opacas:

Smitho: Quisiera que agregaseis algo a lo que ya habéis dicho, siendo que pensáis que existen muchas tierras semejantes a ésta, más aún que son innumerables; y recuerdo haber visto que el Cusano, cuyo juicio sé que no reprobáis, opina que también el sol tiene partes disimilares, lo mismo que la luna y la tierra; por lo cual dice que, si fijáramos atentamente la vista al cuerpo de aquél, veríamos que en medio de su esplendor, más circunferencial que de otro modo, tiene notabilísima opacidad.

Teófilo: Dicho y comprendido divinamente por él, y por vos laudablemente aplicado. Si no mal recuerdo, hace poco señalé que por cuanto el cuerpo opaco pierde su diámetro fácilmente y el luminoso difícilmente, por la lejanía ocurre que la apariencia de lo oscuro se anula y desvanece, mientras la de lo diáfano iluminado, o de cualquier forma luminoso, llega como a unirse, formándose de las partes luminosas dispersas una visible luz continua.¹¹


Tesis que ratifica y desarrolla en obras posteriores: Del infinito, universo y mundos¹² y particularmente De lo inmenso y los innumerables¹³, obra donde retoma tesis previas y establece con cierto rigor las propias, entre las cuales está precisamente la de la existencia de partes oscuras en el Sol¹⁴ fundamentándolas con argumentos y determinadas pruebas empíricas. Si bien el tema también aparece, bajo distintas perspectivas, en otros textos.¹⁵

Por lo demás, no tiene nada de extraordinario ni casual que el Nolano llegue a esta conclusión,¹⁶ puesto que deriva necesariamente de los principios cosmológicos a los que ha llegado y representa una consecuencia de su concepción del universo.

Por lo demás, no tiene nada de extraordinario ni casual que el Nolano llegue a esta conclusión, puesto que deriva necesariamente de los principios cosmológicos a los que ha llegado y representa una consecuencia de su concepción del universo:

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¿Giordano Bruno y los Ovnis?

Al ser adepto su teoría del infinito Bruno plantea también la infinidad de otros habitantes en el universo, al respecto Schetitno menciona: "Lo más cuestionable de la tesis bruniana sería la habitabilidad del Sol, aunque sus moradores no pueden ser como los de la Tierra [plantea casos en que ignorábamos la existencia de otros habitantes terrestres, como los americanos, y que no por ello dejaban de existir"

a. El universo es infinito, porque cualquier limitación resulta física y metafísicamente (teológicamente) inconsistente y no hay ninguna 'sensata experiencia' ni razón que sustente lo contrario...

b. Siendo infinito carece de centro o, si se prefiere, todo punto en él es centro y nada periferia. Todo lugar es centro relativo para los observadores situados en él.

c. El universo es homogéneo. En todo se contienen los mismos principios (luz' y 'tinieblas) y elementos (corpóreos: 'tierra' o 'árido, los átomos; 'agua' o 'húmedo', el aglutinante corpóreo; e incorpóreos o espirituales: 'aire' o 'éter' o 'espíritu', el espacio; y 'fuego' o 'luz', el principio motor y vital).¹⁷

d. El éter no es una quintaesencia, sino el espacio mismo y está en todo el universo, infinito y continuo, de modo que se puede decir que 'rodea' y 'penetra' todo cuerpo.

e. A diferencia de las ideas preexistentes de 'elementos', para Bruno no tienen la misma estructura, de manera que todos los compuestos¹⁸ están formados o integrados [no son simple mezcla, sino estructuración, 'complexión'] por los cuatro elementos. Tienen en común ser eternos, inmutables, necesarios (de hecho, divinos), imperceptibles no sensibles por sí mismos, en pureza; se manifiestan a nuestros sentidos mediante los compuestos, bajo distintas proporciones ['número'].

f. Todo lo que percibimos como 'luz' o 'fuego' no es más que manifestación, en diversas formas y grados, de la luz sobre la materia de los compuestos. Los efectos y manifestaciones de la luz (luminosidad, calor, fuego, etc.) son propiedades accidentales derivadas de la acción de la luz-fuego (principio-elemento) en los compuestos, con base en lo húmedo que hay en ellos.

g. La luz solar no es primigenia (principio válido para todos los soles), si no materia compuesta enfocada. Para destacar esto recurre al Génesis¹⁹ (Moisés), señalando que la luz es obra del primer día [como principio] y los fuegos del cuarto.²⁰

h. En el universo existen dos especies de cuerpos celestes compuestos con los mismos elementos, pero predominando en unos agua y tierra: planetas o tierras (incluidos la Luna y los cometas), que son determinantemente opacos (su luminosidad es refleja) y fríos; y en otros el fuego estrellas o soles, preeminentemente luminosos y cálidos.²¹

i. Los soles y las tierras existen en conjuntos o 'sínodos sistemas solares-donde cada uno de aquéllos es centro para éstas, que giran en torno a ellos, complementándose entre sí, intercambiando materias.

j. No siendo puros los cuerpos celestes²², tampoco están formados por un solo elemento²³ (lo que de por sí resultaría incongruente, pues el universo sería una enorme mole indiferenciada y continua), pues es absurdo que siendo de éter y puros tengan diferencias de densidades y capas, como serían las esferas celestes, mera imaginería debida a la ignorancia y apariencias producto de las limitaciones de nuestros sentidos, las enormes distancias y a que la luminosidad supera en esos casos lo opaco.²⁴

k. En su composición y a causa de su rotación los cuerpos celestes adoptan la forma esférica, pero ésta está constituida internamente por partes heterogéneas, redondeándolas su 'ambiente' o 'cielo' propio.²⁵ No existen esferas celes-tes que transporten a los planetas y estrellas fijas.

l. Si bien el universo, sus principios y elementos son eternos, en cambio los cuerpos celestes, en tanto compuestos, son perecederos,²⁶ aunque con el reciclaje o intercambio de materias, particularmente entre cada Sol y sus tierras, como un macho con sus hembras, logran perpetuarse (o, según otra idea, permanecen por mucho tiempo a diferencia de sus criaturas).

m. El Sol, como todo compuesto, necesita renovarse constantemente para no perecer; de no hacerlo con el tiempo se agotaría su materia al emitir su luz (luminosidad).²⁷

n. En dicho intercambio, los soles proporcionan a los planetas propiedades del elemento fuego, que es principio vital, de calor, de movimiento y derivados. Mientras las tierras otorgan a sus soles propiedades del elemento húmedo' que es el medio para producir fenómenos tales como la luminosidad, la llama, etc., además de permitir la aglutinación. Si el elemento fuego domina excesivamente disuelve los cuerpos compuestos en átomos.

o. Todos los cuerpos celestes están permanentemente en movimiento, siendo el circular el natural por excelencia, aunque sin ser geométricamente puro. Los soles tienen básicamente movimientos de rotación²⁸, mientras las tierras también el de traslación alrededor de su Sol.

p. El movimiento de los cuerpos celestes contiene un principio motor intrínseco²⁹ (o sea, son semovientes, grandes animales', como les denomina Bruno siguiendo a Platón en el Timeo).

q. Estando los cuerpos celestes integrados por partes disimiles, aunque predo-mine en ellos un elemento, poseen en realidad propiedades contrarias por sí mismos. Así las tierras, siendo cuerpos opacos y fríos dominantemente, tienen también partes intrínsecas calientes y luminosas, al lado de las partes calentadas e iluminadas por los rayos solares. Y, a la inversa, los soles tienen por sí mismas partes opacas y frías.³⁰

r. A semejanza de lo que ocurre en la Tierra con el agua, que en parte se evapora, forma nubes y luego regresa a su estado líquido, en una especie de ciclo, de igual modo ocurre en el Sol, donde lo 'húmedo' es el medio necesario para que la luz se manifieste.³¹

s. Lo más cuestionable de la tesis bruniana sería la habitabilidad del Sol, aunque sus moradores no pueden ser como los de la Tierra [plantea casos en que ignorábamos la existencia de otros habitantes terrestres, como los americanos, y que no por ello dejaban de existir].³² Tampoco en esto deja de tener influencia cusaniana y ejercerla a su vez sobre Galileo, pues éste señala en más de una obra y pasaje (aunque muy prudentemente por razones teóricas, metodológicas y prácticas), la posibilidad de habitantes en otros cuerpos celestes y su necesaria diferencia respecto a los de la Tierra".³³

t. Los átomos, homogéneos en su materia y forma -esferas mínimas, fluyen y refluyen al interior y exterior de todos los cuerpos celestes; aglutinándose gracias a lo 'húmedo' y disolviéndose por el 'fuego', permitiendo los cambios de formas, propiedades corporales, movimientos, etc., así como también haciendo posible el intercambio de materia entre los cuerpos celestes, su complementariedad y reciclaje.

u. La continuidad en el cuerpo solar es tan sólo una apariencia, que se hace evidente por la propia emisión de rayos [su luminosidad, a diferencia de la luz como principio, no es eterna ni continua) y el cintilar, que para Bruno como para Galileo caracterizan a los cuerpos que emiten luz propia (soles) frente a los planetas de luz refleja.


Galileo no puede mencionar a Bruno, pues condenado como hereje pertinaz e impenitente, amén de posible heresiarca, su obra entera había sido prohibida y su memoria proscrita. Nosotros pensamos que por ello Galileo recurrió a referencias indirectas, utilizando los nombres de Copérnico y 'pítagórico o sujetos sin nombre³⁴, Galileo no sólo no podía ignorar la obra,³⁵ sino que el conjunto de su cosmología es más bruniana que copernicana y se encuentran semejanzas (en ocasiones muy estrechas) en muchas tesis ejemplos y expresiones, más allá de simples coincidencias y posibles fuentes comunes.


Notas al pie:

1 Сena, р.196 [BOenC], II, p. 239.

2 Expuestas fundamentalmente en Istoria e dimostrazioni intorno alle macchie solari e loro accidentt de 1612, publicación de tres extenses cartas escritas a Marcus Welser, en las cuales responde a las respectivas Tres Epistolas de Maculis Soleribus del jesuita Cristopher Schneider, aparecidas el mismo año bajo el pseudóni mo de Apeles.

3 Dado que no podemos desarrollar aqui nuestros argumentios al respecto, nos permitimos remitir a nuestros artículos: "Algunas determinaciones de la Inquisición sobre la ciencia moderna: Bruno-Galileo y Bellarmino" (edición en CD del XIV Congreso Interamericano de Filosofia, AFM, SIF, 1999) y "Tranfon dos de cosmologia bruniana en el Diálogo de los doy máximos sistentas del mundo de Galileo" (en Laura Be-nítez, Zuraya Monroy y José Antonio Robles (coordinadores): Filosofia Natural y filosofía moral en la modernidad, Facultad de Psicología, UNAM, México, 2003).

4 Los principales serían Galileo ("Fu il primo scopritore ed osservatore delle macchie solari... Dialogo, p.412), Schneider, Harriot y Fabricius, siendo este último el primero en publicar resultados.

5 Carta de Lodovico Cardi a Galileo. Opere, V. XI/(582) p. 208.

6 Istoria, pp.327 y s.

7 El propio Galileo así lo maneja, aunque pone solo un ejemplo referido en una vida de Carlomagno, y menciona algunos de los inmediatos. Cf., por ejemplo, Istoria, p.369.

8 Verbigracia en Teofrasto, Virgillo, textos orientales, particularmente chinos, y xún prehispánicos (cf. Arcangelt: Brody, cap.2). En reciente e interesante artículo de Curt Suplee "A Stormy Star" (National Geo-graphic, July 2004, p. 2 a 33) donde resume distintos avances en el conocimiento del Sol, afirma: "Reliable references to sunspots date from first-century B.C. China, p.21.

9 Libro segundo, capitulo XII (De conditionibus terrae).

10 Desde el De umbris idcarum aparecen algunas tesis metafísicas que apuntan al asunto.

11 Cena, Diálogo Tercero, p.144 [BOeuC II, p. 155 ys.].

12 Del infinito, universo e mondi, publicado en Londres (aunque por razones de prestigio o políticas diga Venecia) en 1584. Entre otros pasajes, éste basado en el Cusano es significativo: "per che se noi fussimo abitatori del sole, non vedremmo cotal chiarezza che in quello veggiamo da questa regione circumferen ziaje a lui. Oltre ch'al presente se noi ben bene fissaremo l'occhio in quello, scuopriremo chha verso il suo mezzo quasi una terra, o pur come un umido et uno nuvoloso corpo che come da un cerchio circum-ferentiale diffönde il chiato e radiante lume, onde non meno egli che la terra viene ad esser composto di proprii elemento" Infinito, BoeuC IV, p. 195.

13 De Immenso et Innumerabdibus, publicado con el De Momade en Frankfurt en 1591 y que con el De triplici minimo et mensura, forman una trilogia concebida por Bruno como una nueva exposición de su filosofia naharal y metafisica.

14 Destacan los capítulos VII a IX del libro IV Aht incluye un dibujo esquemático establecido especulativamente al respecto, que no deja de tener valor teórica.

15 Como el Camoeracensis Acrotismus, el De imaginum compositione y sus obras põetumas Lampes triginta statuarum y De rerum principis.

16 No como intuición', si con ello se pretende una casualidad, producto de una fantasía o de alguna capacidad irracional, sino como resultado de una lógica que lo impulsa constantemente a llevar las tesis hasta sus últimas consecuencias.

17 Cf. nuestro articulo "Innovaciones bruniarias a la idea de elemento".

18 Aunque en latín se confunden también los significados de los términos lux' y 'lumen', Bruno los utiliza para distinguir la luz como principio al lado de las tinjeblas, y, por otra parte, la luminosidad u otros efectos, que son manifestaciones o accidentes producidos por la acción de la luz sobre los cuerpos compuestos.

19 Gn I, 3-5 y 14-19.

20 También Galileo retomará esta metáfora bíblica en defensa de sus concepciones.

21 che li altri globi, che son terre, non sono in punto alcuno differenti da questo in specie: solo in esser più grandi e piccioli, come ne le altre specie d'animali per le differenze individuali accade inequalità; ma quello sfere che son foco come è il sole, per ora crede [el Nolano) che differiscono in specie, come il caldo e freddo: lucido per sé e lucido per altro." Cerm [BOeuC] II, D.III., p.163-165... ma che altrimente si muoveno gli soli, che son corpi dove predomina il foco; altrimente le terre ne le quali l'acqua è predomi-nante" "Infinito", Proemiale epistola, [BOeaC] IV, p.25.

22 "Ignis purus, simplex, et absolutus nusquam est, sicut et extra humidum nutrimentum nusquam est apud nos, et potius aqua absolvitur ab igne, quam hic ab aqua. ""Camoer Acrot", Catalogus, [BOL], VI, P.1, p.76.

23 "Non erit, in medio naturam credere solis / Corpore diversis informatam esse elementis. / Quod vero ario parteis siet ille colore / Sortitus, multo poteris comprendere sensu, /..." De immenso, IV, TX IX, [BOLJ VI., PIL, p.48 "Astra omnia ex quatuor vulgatis elementis sunt composita" "Camoer Acrot,", Catalogus [BOL], VIPL p.76.

24 Como pruebas empíricas señala, entre otras, las manchas y fases de la Luna.

25 O sea su atmósfera. Bruno distingue tres tipos de 'cielo': el propio a cada cuerpo celeste, el de cada sínodo o sistema solar y, finalmente, el general de todo el universo; mientras que los primeros son finitos, el último es infinito. Galileo llega a utilizar estos términos para decir algo semejante, especialmente en el caso del Sol para explicar que las manchas solares se dan a su interior y no al exterior, dadas las manifestaciones de las mismas.

26 Bruno titubea respecto a si perecen o no, siguiendo una tesis del Timeo.

27 Galileo, casi en términos brunianos, señala: "che alla restaurazione dell'immensa luce che da st grain lampada continuamente si diffonde per l'espansion del mondo, facesse di mestlere che continuamente fusse somininistrato pabulo e nutrimento, ben-avrebbe non una sola, ma, 100 e tutte l'esperienze concor demente favorevoli, nelle quali vediamo tutte le materie, fatte prossitne all'incendiarsi e convertirsi in luce, ridursi prima ad un color nero e oscuro" Istoria p.400.

28 "Certum est Solis machinam ita circa proprium centrum converti, sicut et Tellurem converti nobis est certissimum" y más adelante añade que es propio de todas las estrellas. De inmercio, IV, VIII (BOL), V1. P.II, p.45 Galileo dice: "..., non par che alcun mobile possa aver repugnanza ad un movimento senz'aver propension naturale all'opposto (perché nell'indifferenza non è repugnanza), e perciò chi volesse por nel Sole renitenza al moto circulare del suo ambiente, pur vi porrebbe natural propensione al moto circolare opposto a quel dell'ambiente" Istoria, p.367.

29 Idea sostenida también por Galileo, por ejemplo: "Imperò che mi par di osservare che i corpi naturali abbino naturale inclinazione a qualche moto, come i gravi al basso, il qual movimento vien da loro, per intrinseco principio e senza bisogno di particolar motore esterno, esercitato, qual volta non restino da qualche ostacolo impediti;." Istoria, p.365.

30 "Sicut vero non est sine suo calore luce et igne Tellus, ita neque omnino Sol sine sua opacitate, et fn-gore, cum accidentibus aliis circa aquam, quae communis est omnium substantia. "De immenso, IV, VII, [BOLJ, VL, P.II, p.42.

31 "Ha questa terra le parti che appartengono a lei, ha quella terrà le parti sue appartenenti a sé cosst ha quel sole le sue parti che si diffondeno da lui e cercano di ritornare a lui; et altri corpi similmente riacco-glieno naturalmente le sue parti. Tutta volta essendo l'universo infinito, e gli corpi suoi tutti trastnufabili, tutti per conseguenza diffondeno sempre da sé e sempre in sé accoglieno, mandano del proprio fuora et accogliono dentro del peregrino." Infinito, (BoruC] IV, p.143.

32"Non est tamen conveniens credere ullam mandi partes esse sine anime, vita, sensu et consequenter animali stultum quippe et hoc vulgare est quod non alla credantur animalis, non alii sensus, non alias intelligentise, quam quae nostris obliciuntur sensibus. Proinde sicut specle differunt haec duo corpom Tellus et Sol, oportet etiam secundum speciem accipere distinctionem omnium quae sunt in Tellure at que Sole" De trimexso, IV, VI, [BOL] V.L, PIL P, 41.

33 Véase, por ejemplo, Diálogos, pp.76-77 y 102. Y critica que los hombres suelen poner como anterio de posibilidad y realidad su propia estrechez.

34 Como lo hace en varias de sus obras, incluyendo las cartas sobre las manchas solares, vertiigraca "Ora, per racoor qualche frutto dalle inopinate meraviglie che sino a questa nostra està sono state celiate, sarà bene che per l'avvenire si torni a porgere orecchio a quei saggi filosofi che della celeste sustarz di versamente da Aristotele giudicarono. Isteris, p. 370.

35 Pensemos simplemente que llega a Venecia en 1592, en pleno proceso inquistiortal, que discoentó s muchos personajes tratados por Bruno (como Andrea Morosini y su círculo: Pinelli; etc); y que, por lo mencs, los poemas frankfurtenses de Bruno eran asequibles en Venecia, además de que su obra aún no estaba en el Indice de los libros prohibidos.


Bibliografía:

Arcangeli, Giovanni Sulla scoperta delle macchie solari e delle facoli.

Bray, R.J. y Loughhead, R.E.: Sunspots. Dover, New York, 1979.

Brody, Judit The Enigma of Sunspots. Floris Books, Edinburgh, 2002.

Bruno, Giordano: Oeuvres Complètes [BoenC] II. "La cena de le ceneri"; Les Belles Lettres, 1994.

Bruno, Giordano: [BoœuC] IV. "De l'infinito, universo e mondi" 1995.

Bruno, Giordano: La cena de las cenizas Tr. Ernesto Schettino M. UNAM, México; 1972.

Bruno, Giordano: "De Iniménso et Innumerabilibus. In (V.I, PI y II) Jordani Bruni Nolans Opera Latine Conscripta [BOL] Faksimile-neudruck... Friedrich Fromann Verlag Gun-ther H. Stuttgart-Bad Can, 1962.

Bruno, Giordano: "Camoeracensis acrotismus" In BOL, VI, P.I.

Galilei, Galileo: Le opere di Galileo Galilei. Nuova ristampa della Edizione Nazionale G. Barbera. Firenze; 1968 20 vols.

Galilei, Galileo: Opere A cura di Franz Brunetti. Unione Tipografico-Editrice Torinese. Tori-no, 1980. 2 vol.

Galilei, Galileo Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo. Giulio Einaudi Editore Torino; 1970.

Granada, Miguel Angel. "Voi siete dissolubili, ma non vi disolverete Il problema della dissoluzione dei mondi in Giordano Bruno", in Paradıgıni. Rivista di critica filosofica, anno XVIII, n.53 Nuova Serie Maggio-agosto 2000 pp.261-289

Schettino, Emesto: "The necessity of the Minima in the Nolan Philosophy", en Hilary Gatti (ed) Giordano Bruno, Philosopher of the Renaissance. Ashgate. London 2003 pp.299 a 325.

Schettino, Ernesto: "Innovaciones brunianas a la idea de elemento", en Laura Benítez y José Antonio Robles (compiladores): La filosofía natural en los pensadores de la modernidad. Ins-tituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. 2004.

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